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Vértigo postural, cómo tratarlo y cómo prevenirlo

Uno de los motivos de consulta más habituales que nos encontramos los otorrinolaringólogos son los vértigos y entre estos, los más habituales son los vértigos posicionales, sobre todo en personas mayores de 50 años.

El vértigo posicional también se denomina vértigo postural paroxístico benigno (VPPB) y se caracteriza por la aparición de episodios de mareo intenso con sensación de giro del entorno de corta duración que se desencadenan con los movimientos posturales. Típicamente aparecen al girarse en la cama o al realizar un movimiento brusco con la cabeza. Suelen aparecer sin ninguna causa aparente, es decir, suelen ser idiopáticos, aunque se pueden relacionar con antecedente de traumatismo, de infecciones del oído interno (laberintitis, otitis medias crónicas) o tras temporadas de reposo en cama prolongado. También se ha asociado al déficit de vitamina D, a factores de riesgo cardiovascular, a algunos trastornos inmunológicos y a otras enfermedades auditivas como la enfermedad de Ménière.

Este tipo de vértigo se origina porque unas pequeñas partículas del oído interno (otoconias u otolitos) situadas normalmente en una zona llamada utrículo, se desprenden y se desplazan a otra zona donde no deben estar, los conductos semicirculares.

Lo que ocurre en condiciones normales cuando una persona realiza un movimiento es que los líquidos de los canales semicirculares se mueven indicando al cerebro cuál es la posición que tiene el cuerpo en ese momento. En un paciente con vértigo posicional, al haber otoconias flotando en esos líquidos, su movimiento normal se ve alterado y se envía una información errónea al cerebro sobre la posición mantenida, provocando una sensación de mareo con movimiento.

Este vértigo suele ser más intenso y de mayor duración en el episodio inicial, donde suele aparecer un mareo significativo con sensación de giro del entorno o de uno mismo, inestabilidad y muchas veces náuseas y vómitos. Posteriormente queda una sensación de inestabilidad residual y los días posteriores pueden desencadenarse nuevamente los vértigos al realizar movimientos determinados.

Para su diagnóstico su otorrinolaringólog@ realizará una exploración exhaustiva para determinar la causa de los mareos. Además, le interrogará para que le explique los síntomas, su intensidad, duración y los desencadenantes que los provocan además de sus antecedentes médicos.

En la exploración se busca la aparición de movimientos oculares específicos y se realizan unas maniobras de provocación del vértigo para llegar al diagnóstico.

Si usted sufre de un vértigo posicional, se realizarán también en la misma consulta las maniobras de recolocación que es el tratamiento específico para su curación. Estas maniobras variarán en función del canal afectado. Lo más habitual es que el canal afectado sea el canal semicircular posterior y para ello la maniobra más utilizada es la de Epley.

El objetivo de los ejercicios de reposicionamiento canalicular es mover las otoconias desde los canales semicirculares hasta otra zona donde estas partículas no den problemas. Para ello su especialista le realizará unos movimientos de cabeza en unas posiciones determinadas. En ocasiones estas maniobras hay que repetirlas en varias consultas sucesivas, normalmente no más de 2 o 3.

La alternativa quirúrgica existe, aunque es bastante infrecuente.

Como hemos explicado, el tratamiento específico son estas maniobras, pero en ocasiones su médico puede recetarle algún sedante vestibular para ayudar a disminuir los síntomas y que esté más confortable hasta que las maniobras de recolocación hagan su efecto.

A veces parte del tratamiento lo realizará usted en casa realizando otros ejercicios de recolocación más sencillos o rehabilitación vestibular domiciliaria  (los más usados son las maniobras de Brandt-Daroff).

La exploración suele ser muy fiable para el diagnóstico, pero en caso de dudas o de no mejoría tras varias maniobras de recolocación, puede que su médico especialista deba solicitar otras pruebas complementarias como videonistamografía, VHIT, resonancia magnética, pruebas calóricas….

Mientras presente este tipo de mareos debe evitar realizar movimientos bruscos, sobre todo hacia el lado afecto, no moverse bruscamente en la cama ni mirar hacia arriba o hacia abajo, teniendo especialmente cuidado en tareas cotidianas como pueden ser atarse los cordones o poner el lavavajillas. Debe evitar conducir hasta que cesen los síntomas y realizar específicamente los ejercicios que le pauten. Después de las maniobras de recolocación es aconsejable dormir ligeramente semiincorporado durante un par de días.

Si tienes síntomas frecuentes y recurrentes similares a los descritos, es recomendable que solicite cita con un otorrinolaringólogo para una valoración completa.

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